miércoles, 15 de agosto de 2007

Blog glup


La llegada de la primavera necesita de una buena contestación a los asesinos del apetito. No hablo de los que recomiendan cuidarse un poquito, me refiero a los que dejan de comer cualquier cosa por lavado de cerebro. Así que, ante todo, quiero separar a los que no comen algo por discordancia en el gusto de los que no lo hacen por imposición. ¿Al psicoanálisis nunca se le ocurrió investigar el hambre como fuente de energía? ¿Nunca hablaron de represión en materia de comidas? Que mejor que disfrutar de un buen plato, moderadamente o no, según el momento. No se trata de comer siempre como un buey, simplemente saber paladear lo que nos gusta y no ingerir sólo para no morir. Eso es usar el morfi como se usan esos parches para no fumar, algo que se adhiere para obtener un beneficio.
Nada peor que ver a alguien que se muerde el labio por no poder comer algo, pero no por enfermedad o por ser obeso, sino por haber entrado una secta. ¿Quién dijo que la dieta extrema y perpetua hace más bella a la gente? ¿Por qué suponer que la comida es algo maldito que nos contamina el cuerpo? Hay mujeres, y hombres también, por supuesto, que se han afeado sólo por la tiranía de hippies y Mengueles varios. Y no hablo de no poder levantarse del sillón o tener una panza flotante, sino de saber apreciar las propias formas. Aprendan de Narda Lepes, que sabe cocinar, comer moderadamente y ser hermosa.
La grasa es lo que le da gusto a la carne.

No hay comentarios: